Las familias olfativas, sabes qué son?
- Paula de Brillant
- 26 mar 2020
- 4 Min. de lectura
Actualizado: 8 abr 2020
Ya pensaste en los perfumes que elegís? ¿Son siempre parecidos entre sí? Esto puede suceder porque eres fiel a fragancias de la misma familia olfativa, un conjunto de esencias que guardan semejanzas entre sí.
Pero cómo se describe un perfume? Conocer las familias olfativas te va a ayudar a tener una idea aproximada de cómo es una fragancia, aun sin olerla.

El mundo de la perfumería es muy complejo. Un perfume puede componerse de cinco, veinte o cientos de aromas. Las posibilidades son infinitas. Por eso, y al igual que los vinos, tienen su propio sistema de catalogación. Ideado hace más de un siglo por el Comité Francés del Perfume (Société Française des Parfumeurs), este sistema de catalogación oficial dice que los perfumes se agrupan en siete grandes familias: cítrica, floral, oriental, cuero, Fougére, Chypre y amaderada. Grupos que, a su vez, se dividen en numerosas subfamilias que son actualizadas rigurosamente a medida que los perfumistas van creando nuevas fragancias.
Cada perfume tiene un aroma que destaca por encima de los demás, ésa nota nos indica a qué familia olfativa pertenece ese perfume. Los demás matices que acompañen, son las sub-familias olfativas.

CITRICAS: También conocida como Hespérides, es la familia que hace referencia a las primeras Aguas de Colonia. Fragancias frescas, limpias y muy volátiles (por lo general suelen tener menos duración). Composiciones basadas en esencias de frutas cítricas como aceites esenciales extraídos de las cáscaras del limón y la naranja, así como del pomelo, mandarina y bergamota. Estas notas suelen combinar muy bien con flores y madera, obteniendo un aroma más femenino o masculino. Las fragancias pertenecientes a la familia cítrica son jóvenes, alegres y normalmente creaciones unisex, recomendables para el día a día y para estaciones de calor.

FLORALES: Las notas florales son uno de los componentes más frecuentes en la perfumería femenina, por eso se trata de la familia olfativa más grande y popular de todas. A ella pertenecen aquellas fragancias cuyas notas giran en torno a una o a un bouquet de flores; siendo el jazmín, las rosas, las violetas, el narciso, los lirios y el geranio, las materias primas más destacadas. Trabajar con esta familia olfativa ofrece una variedad infinita de combinaciones. De hecho, dentro de ésta se pueden encontrar subfamilias como la aldehídica; grupo que nació por de la creación en 1921 de Chanel Nº5, el perfume más vendido de la historia y también el primero en incorporar aldehídicos a su fórmula. Las fragancias pertenecientes a esta familia son delicadas, románticas y muy femeninas.

ORIENTALES: Las fragancias orientales, con el ámbar como nota dominante, forman un grupo específico gracias a su gran calidez y a su sensualidad. Conocida también como especiada o ambarina, las fragancias de esta familia evocan sensaciones que hacen referencia a los olores, sabores, colores y paisajes de Oriente. Son ricas composiciones que incluyen sustancias embriagadoras e intensas como el almizcle, la vainilla, resinas, a menudo acompañadas de especias- como el clavo, la pimienta, y el cardamamomo-, plantas-como el jengibre, el cacao y el regaliz-; y, por supuesto, maderas, ámbar y almizcle. Las creaciones que pertenecen a esta familia suelen ser fragancias dulces, intensas, cálidas y sensuales, que evolucionan con la temperatura corporal y que se pueden clasificar en oriental vainilla, oriental especiado, oriental amaderado, oriental vainilla y oriental gustativo.

CUERO: De origen tanto natural como sintético, las notas de cuero son unas de las más antiguas en perfumería. Normalmente suelen ir acompañadas de notas ahumadas, atabacadas o amaderadas; dando lugar a fragancias secas y muy intensas. En ocasiones se aligeran con toques florales o cítricos para darles luminosidad y un acabado agradable. A esta familia pertenecen perfumes elegantes, sobrios y, en su mayoría, masculinas.

FOUGERE: Aunque su traducción al español es helecho, las fragancias de esta familia no tratan de reproducir este olor sino más bien evocar el ambiente de un bosque. Este grupo, que toma su origen en 1882 con la creación del perfume ‘Fougére Royale (de la firma Houbigan)’, está compuesto por fragancias que parten de una base de lavanda, musgo, encina, maderas y bergamota. Las fragancias de esta familia representan un importante porcentaje de grandes éxitos del mercado. Sus aromas son húmedos, frescos, amaderados y verdes con tonos dulces y amargos simultáneamente, pudiéndose distinguir entre fougère acuoso, fresco, amaderado y oriental.

CHIPRE: Esta familia olfativa que toma su origen de los aromas que François Coty utilizó para crear su perfume ‘Chypre' lanzado en 1917 en la isla homónima -y al igual que ocurre con Fougére-, no se trata de una sola nota sino de una combinación; en este caso: bergamota, flores, patchuli, musgo, ámbar, cuerpo y almizcle. Una familia muy compleja en la que destacan perfumes muy sensuales, normalmente unisex o masculinas y cuyas notas los convierten en fragancias con mucho cuerpo, sofisticados y de larga duración. Muy apropiados para usar durante la noche.

AMADERADA: Las fragancias pertenecientes a esta familia olfativa están elaboradas a base de notas extraídas de las maderas de los árboles como el cedro, el abedul o el sándalo, así como esencias de musgo, vetiver -una hierba de raíces- y pachulí. Suelen ser perfumes masculinos, debido al carácter varonil de sus notas, aunque cada vez mas suelen incluirse algunas de ellas en los perfumes femeninos para darles un halo de misterio y elegancia. De hecho,en el 80% de los perfumes que actualmente se encuentran en el mercado encontramos alguna nota de madera.
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